PROYECTO PADRE TOSCA vol. 4
- anamarqus99
- 23 feb 2021
- 4 Min. de lectura
CASA DEL RELOJERO
Para entender la historia de esta vivienda, debemos situarnos en su contexto histórico, data del siglo XVIII, concretamente en 1793, cuando en la ciudad de Valencia se decidió realizar una serie de reformas urbanas.
Una de estas reformas fue el ensanchamiento de la calle Miguelete “dieciséis palmos”, es decir, 3,62 m, con el motivo de la reedificación de la Casa Vestuario y conseguir una alineación de la calle recta. Esta reforma llevó a que la casa del relojero se quedara con solamente 1,58 m, con lo que decidieron realizar la construcción de una nueva vivienda para el encargado del reloj del Miguelete.


Como hemos podido averiguar analizando los planos, antes de la que
nosotros conocemos como la casa del relojero existió otra casa. Esta casa es la enfrentada a la actual, con esquina en la calle Subida del Toledano. Si observamos con detenimiento el plano de 1704, vemos que el pasadizo que llevaba directamente al relojero al segundo tramo de la torre, lugar donde se encontraba el reloj, consta en esta primitiva situación de la vivienda, en la de enfrente.

La actual casa del relojero decidieron implantarla en la manzana número 364. La idea principal fue crear un edificio de 3 plantas, dos para el encargado del reloj y una para alquilar. Además, quisieron traspasar el reloj al centro de la calle puesto sobre un arco de estilo barroco, el acceso a este arco se realizaría desde un pasadizo con acceso desde la segunda planta del edificio.

Pero dicho proyecto del reloj nunca llegó a ejecutarse, tan solo el edificio de tres plantas, por lo que se mantuvo el reloj en el segundo tramo de la torre del Miguelete, hasta su demolición en 1968.

Profundizando en la casa podemos observar que los primeros planos no coinciden con la distribución final.
La primera diferencia es la fachada principal, en los planos tomaron la idea de hacer una estructura tripartita, con dos balcones y una ventana en cada planta, dando luz a tres habitaciones distintas, pero finalmente se optó por dos vanos, dejando los dos balcones y eliminando la ventana, siendo así solamente dos habitaciones.

La segunda diferencia es que, como hemos señalado anteriormente, el edificio tendría destinada una planta a pisos de alquiler, se planificó que el acceso a esta planta fuera por la calle Subida del Toledano y dándole una comunicación vertical no compartida con la del relojero. Pero dicha comunicación no se llegó a realizar y se le dio el uso a esa estancia de cocina o aseo, dependiendo de la planta.


La tercera diferencia es la planta baja, la idea de esta planta estaba destinada a vivienda para el relojero, componiéndose de una cocina, un aseo y un pequeño taller para poder realizar alguna reparación, pero siempre se le ha conocido un uso comercial.

En cuanto a la distribución de las plantas se puede observar en el plano principal que la primera planta era la destinada al alquiler, ya que tiene el acceso a la escalera no llevada a cabo.
Ambas plantas contaban con una distribución similar, con una sala y antesala que recibían la luz natural de los balcones, un recibidor y una alcoba sin iluminación natural, y la tercera de las divisiones de la fachada principal con una cocina con chimenea y un retrete.
Actualmente la primera planta y segunda planta están divididas en dos habitaciones con balcones a la fachada principal y la de la esquina un segundo balcón a la calle Subida del Toledano, al igual que el apéndice destinado a lavadero o cocina. Ambas viviendas tenían acceso compartido al desván del edificio.
Tras un profundo análisis y reflexión decidimos que una de las claves de nuestro proyecto es mantener y conservar en la medida de lo posible la esencia de la casa del relojero. Toda la historia que cuenta, desde su distribución hasta la materialidad, la comunicación vertical, el porqué está emplazada ahí. Todo forma parte de la historia y nosotras queremos mantenerla y que persevere. Los materiales empleados en el suelo, las pinturas de las paredes, las puertas con sus pomos, los enchufes porcelánicos, las placas de plomo.. todos los detalles que van a hacer que podamos mantener la esencia de la casa del relojero a pesar de dotarla de otro uso. Queremos mantener también los huecos en la fachada, y los balcones, la puerta de entrada también será nuestra puerta de acceso; a pesar de responder a un uso diferente, la distribución de la casa del relojero responde a muchas problemáticas que teníamos y que las resuelve a la perfección. Por ello, queremos restaurar prácticamente todo lo que la restauración y el estado de la obra nos permita.
Por el contrario y a pesar de querer mantener su esencia, hemos creído conveniente y necesaria una gran intervención, la creación de un muro cortina en una de las medianeras del edificio, en concreto es la que da a sur en el lado del miguelete. Tras un estudio solar, observamos que la casa del relojero carece de luz natural y era completamente necesaria dicha intervención para que pueda dotarse de luz natural directa. La creación del muro cortina aporta otro beneficio que es la apertura del edificio al barrio y a la plaza, de una forma discreta pero creando una bonita relación entre el miguelete, el edificio, la casa del relojero y el entorno.
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